Si yo tuviera que coger mi nave del tiempo tendría que viajar hasta diciembre o enero de 1983-1984 mas o menos, cuando mis padres me llevaron por primera vez al cine.
Y en aquella sala oscura mi vida cambió. No se si mucha gente recuerda con claridad la primera vez que se sentó en la butaca de un cine, cuando las luces se apagan y descubrió que existían otros mundos, otros seres, una gran aventura por vivir.... Llovía y en mitad de la película rompí a llorar... por él.
Y en ese momento supe que me estaba ganado poquito a poco, él, que había llegado hasta mí por casualidad.Muchas emociones en una tarde de invierno para una niña de seis o siete años.
"Nos dijimos adiós y pasaron los años y volvimos a vernos una noche de sábado"
No era sábado, era jueves, dçia de fiesta, programación especial en la televisión... llevaba una semana esperando y viendo ansiosa la publicidad de ESB, pero no le reconocí hasta bien avanzada la historia. Era él, que había vuelto a mi. No dormí aquella noche contando las horas para saber que ocurría al día siguiente en que se emitía el desenlace de las historia.
Y allí estaba él, de nuevo, enfundado en su traje negro blandiendo su espada.
Ojillos de aguamarina.
Pero después volvió el silencio por algunos años más. Aunque esta vez la hoguera no se apagó. Comenzaba mi lucha, mi lucha contra el silencio y la ansiedad de saber, algunas noticias no fueron buenas, otras no fueron malas y mas de la mitad de las veces no había noticias, hasta que un día, ya en la universidad, un mundo nuevo de posibilidades se abrió ante mí.Noches sin dormir, experiencias buenas, malas, tesoros guardados en viejas cintas vhs.
Y lo más importante, la oportunidad de conocer gente que también me ganaron poquito a poco y que llegaron por casualidad.
Casualidad es el apellido de Dios.
Y le estaré eternamente agradecida por tenerlos a todos conmigo. Y también por haberme dado la oportunidad de haber conocido el amor verdadero. El que no espera nada a cambio.
¡¡¡¡¡¡GRACIAS A TODOS¡¡¡¡